
Pregúntate antes de nada el por qué
Lo primero que debes hacer antes de redactar una encuesta es preguntarte por qué la realizas. ¿Qué punto intentas probar? ¿Qué pregunta quieres hacer? Decidirlo cambiará las preguntas y el tipo de pregunta que necesitas formular en la encuesta.
Segmenta
Para elegir la mejor forma de diseñar y distribuir la encuesta, debes definir quiénes la completarán. Determina el grupo demográfico objetivo y la tipología de usuarios antes de tomar decisiones sobre la encuesta. ¿Tienes más de un grupo? Tal vez desees realizar más de una encuesta.
Pregunta a la cantidad suficiente de personas
Una vez que determinas a quién deseas realizar las preguntas, asegúrate de contar con una cantidad suficiente de personas. Determinar la cantidad de personas que necesitas que respondan a la encuesta (conocido como el “tamaño de la muestra”) garantizará que los análisis realizados sobre los datos recopilados constituyan una base sólida para tomar decisiones. Esta “muestra” de personas debe ser lo suficientemente grande para obtener una estimación precisa del grupo demográfico objetivo.
Elige el momento
El momento elegido para realizar la encuesta puede tener un gran impacto sobre quiénes terminan respondiendo. Esto puede significar un gasto de dinero, ya que elegir un mal momento para lanzar la encuesta puede disminuir el porcentaje de personas que la responden. El momento del lanzamiento de la encuesta también puede modificar las respuestas que obtienes, lo que cambiará las decisiones que tomes. ¿No estás seguro de en qué momento podrás encontrar a personas dispuestas a responder a la encuesta? Recopilar respuestas a las encuestas durante una semana, como mínimo, te garantiza que contarás con una amplia gama de personas y opiniones.
Realiza las encuestas lo más cortas posible
Debemos sintetizar lo máximo posible. Es fundamental que las preguntas que se hagan nos aporten los datos que necesitamos conocer, pero siempre teniendo presente que un volumen excesivo de preguntas provoca en el usuario una bajada en la calidad de sus respuestas, lo que tendrá una incidencia vital en las conclusiones. Lo ideal es realizar un cuestionario en el que las preguntas a contestar se vean en una sola pantalla, ya que esto va a ayudar a que la encuesta sea más fácilmente rellenada.
Comenzar con preguntas amplias y pasar al detalle
Lo ideal es comenzar el cuestionario con la pregunta real y simple que queremos que se responda. Por ejemplo: – Estás satisfecho con… Luego pasaremos a preguntar con mayor detalle: – ¿Qué es lo que más te gusta/no te gusta? De esta forma, nos aseguramos de que nuestra consulta principal sea respondida más veces y que se responda de una forma más natural.
Consulta solo aquello que necesitas saber
Y realiza las preguntas de forma directa y sin rodeos. No hagas preguntas de forma hipotética, sarcástica o cuya respuesta pueda resultar ambigua. Ten en cuenta que la atención y el tiempo que los usuarios van a dedicar a ellas son escasos y necesitamos la mayor concisión sin hacer pensar mucho al usuario.
Realiza un test interno
Antes de lanzar la encuesta es recomendable realizar un test interno dentro de la empresa o grupo de amigos para asegurar que las respuestas obtenidas son correctas y las consultas realizadas se entienden perfectamente.